Hijos únicos

Los hijos únicos son niños criados entre adultos por una u otra circunstancia. Generalmente son muy formalitos porque se crían con “grandes” y tienen acceso a mucha cultura porque viajan con sus papás, reciben clases de música e idiomas con más frecuencia que los hijos que tienen que compartir presupuesto con más niños. Algunas mamás sufren por tener hijos únicos y aunque este no es un post alentando a tener un único hijo, porque considero que un hermano es la mayor bendición que un niño puede tener, les quiero contar cómo tres hijas únicas han sido una bendición en mi vida.

La primera es Jennifer Lee. La conozco desde kínder y siempre me invitaba a su casa para no estar sola en la de ella. Yo sentía un respiro de mis hermanos y ella se sentía acompañada. Tiene hermanos mucho mayores por lo que nunca vivieron juntos. Pasé muchísimas tardes en su casa haciendo tareas y travesuras; es la única persona con la que he ido al IRTRA de Rehu, que no sea un familiar. Hemos mantenido la amistad a lo largo del tiempo y me enseñó a ser tenaz y a comer huevo duro con limón. A veces era un poco mandona, pero como yo también, nos tocaba ceder un poco cada vez.

Visitando a la Virgen del Rosario como adultas (rezando) y cómo niñas (cantando frente al camerín)

Mi otra gran amiga hija única es Mardy. Creció entre sus abuelos y su mamá y siempre tenía cerca a sus primos. Me impresionó siempre su capacidad de hacer amistad con todo el mundo, tiene plática buenísima y no hay quien no la quiera. La conozco desde segundo básico así que sabe todo de mí (y aun así me quiere). Mis hijos la adoran y como no tiene hermanas me adoptó. Está siempre en mis buenas y malas y es generosa. Su mamá la educó en sobriedad y la alentó a seguir sus sueños.

Ahora está en nuestras vidas Marianita. También es una niña con hermano grande, pero vive únicamente con sus papás. Es gran amiga de mis hijas. Se fija en todo y a sus cortos 6 años sabe mucho. Eleva el tono de las conversaciones y se porta en misa mejor que los grandes.

Dios tiene planes para cada familia y aprender a ver la bendición que en la vida de cada quien representa cada cosa es un gran reto. Yo le agradezco por estas tres mujeres que han llenado nuestras vidas de alegría.

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