Great expectations

Veía el otro día un video sobre lo peligrosas que son las falsas expectativas en estos tiempos y que por eso muchos matrimonios se deterioran. Todos esperan tener relaciones tan perfectas como las que sus amigos de Facebook tienen.

¿Qué se muestra en las redes? Lo lindo. No se si haya quien publique un huevito revuelto en el Instagram, pero muchos publican la foto de una súper cena a la que asistieron. El delicioso huevito es lo de diario y no por eso tiene menos encanto que las situaciones especiales y esporádicas. Ahora bien, si sufrimos porque nuestra vida no es tan “diferente”, “creativa o divertida” como la de los otros tenemos un problema: sufriremos por las falsas expectativas.

En estos días hemos disfrutado de las preciosas fotos de Navidad, de parejas, familias, perritos, etc. Me encantan, hay algunos sets súper creativos y familias lindas. Tristemente hay algunas familias tan disfuncionales como fotogénicas. Pero nadie en Facebook lo sabe o tal vez todos lo saben y nadie se anima a decirles que necesitan buscar ayuda porque los otros 364 días del año se lastiman.

Y así pasa con todo. Se envidia al que “vive de viaje”, pero obviamente no va a poner todos los días fotos suyas en la oficina trabajando duro para poder costear avión, hotel, etc.

Es importante y necesario ajustar las expectativas a la realidad. Cada uno tiene sus problemas y alegrías de forma diferente. Si pensamos con la cabeza será más fácil contar nuestras benciones y trabajar en lo que necesitamos mejorar.

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