Siempre es bueno re frescarse
El hombre nuevo comienza cada día.
José María Pujadas
¿Ya escribí sobre las alergias?
Parece que tener alergias está de moda. Hace un par de meses estábamos en una reunión y 3 de 4 familias teníamos un niño alérgico en casa. A unos se les manifestaba en pulmones y nariz y a otros en piel. Al quitar el alimento que tiene sensibilizado al niño, su condición mejora.
No son cuentos: los niños tienen una alergia, su cuerpo reacciona exageradamente ante algún elemento que debiera ser inocuo.
Conocí a la primera mamá de una hija alérgica en 2014. Le daba lactancia y ni la niña nadie en casa consumían: huevos, lácteos, mariscos, soya. Esta amiga mía cocinaba unos deliciosos cupcakes “allergy free”. Me parecía algo exagerado pero agradecía a Dios que mi hija no sufría ninguna alergia.
Mi hija tuvo la piel delicada desde que recuerdo y la he bañado siempre con jabón especial. En 2016 empezó el suplicio (una hipérbole que va con la historia). Mi hija de 2 años empezó con unas ronchas en los pliegues. Dermatitis tópica la llamaba el pediatra. Mejora con cortisona. ¿Quién se queda tranquilo aplicándole esteroides a un niño? Yo no.
Visité un dermatólogo. Me dio “educación”: no mantener las uñas tan cortas, no usar pashte (lufa), no poner jabón en los brazos y piernas, usar bloqueador solar cada cuatro horas, aplicar crema emoliente, observar qué comida le provocaba la alergia. Hice todo, culpé a los colorantes, apliqué una fina capa de C.C. (cortisona para niños) todas las noches y por un tiempo todo estuvo bien. Me sentía orgullosa.
Un día otra vez las ronchas. La niña se rascaba por las noches y la escuchaba, amanecía cada vez peor. Hice todo y ¿ahora qué? Visité al alergólogo. Le sacaron sangre. Recogí los resultados. Alergia a… el huevo, los frutos secos, el pescado y los mariscos, la manzana, el hongo de humedad y especialmente a los ácaros (lo más difícil de controlar). Ya con un diagnóstico me quedé más tranquila, cambié la dieta y seguí con el cuidado de la piel.
Empezamos un tratamiento de vacunas. A los 9 meses volvió a tolerar el huevo y la manzana y seguimos con las vacunas por un año más. Esperando que mejore en todo. La pie la tendrá delicada siempre. Gracias a Dios pudimos averiguar qué es.
¿Por qué tanta alergia? Por mi parte quedó tranquila de haber hecho todo lo posible por evitarlas. Le di alimentos hasta los 6 meses, tomó leche materna hasta los 18, comió huevo, fresas y leche entera después del año. Hay muchos niños con alergias ¿serán menos fuertes? En lo personal culpó a tanta manipulación genética de los alimentos, a la contaminación del agua y el ambiente.
La moraleja de la historia es que la alergias existen y afectan a cada persona de diferente manera. Aprendamos a ser empáticos y creamos cuando nos dicen que o pueden comer x o y.
Lo único que es cuento es la “lergia” de Cristina a la carne.